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La vida de un Almirante Alemán (Strike Witches fic)

Started by Graf Hammerman, 16 de July de 2017, 02:23:23 AM

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Graf Hammerman


Pasaba por allá la época de los '40s, en plena guerra mundial contra los Neuroi, yo estaba apostado como uno de los Almirantes de la Kriegsmarine, la marina de Alemania, me encontraba en pleno océano pacifico apostado en el Prinz Eugen, un Crucero Pesado de la Kriegsmarine, junto a otros Destructores y un Portaaviones Pesado, el Graf Zeppelin, teníamos como misión interceptar una pequeña formación de Neurois que se encontraban estorbando una de las rutas de suministro de Japón.

Al llegar al objetivo, vimos la pequeña formación de Neurois a las lejanías de nosotros, toda la flota se mantuvo en curso, dí la orden a los pilotos de los cazas que despegaran inmediatamente del portaaviones. Los cazas de la Kriegsmarine, con pilotos audaces y temidos, despegaron hacia la formación de neurois, entablando rápidamente el fuego de ametralladoras hacia esos entes malignos que eran el temor del mundo.

En medio de la intensa batalla, un par de aviones cayeron al mar, dejando solo a una muy reducida cantidad de pilotos, yo al darme cuenta de esto, dí la orden de que volvieran al portaaviones inmediatamente, todos los barcos de la flota iniciaron el fuego anti-aéreo hacia los neurois que quedaban, destacándose más que todo el Prinz dado a sus ametralladoras mejoradas. Luego de unos largos minutos, los pilotos restantes lograron aterrizar en el portaaviones, los neurois que quedaban fueron destruidos por la abrumadora cortina de fuego anti-aéreo de la flota, aliviado después de cumplir exitosamente la misión, di la orden de recoger a los pilotos que quedaron náufragos en el mar, luego de eso nos encaminamos hacia las costas de Japón.

Estaba sumamente aliviado después de cumplir la misión encomendada, bajé junto a toda la tripulación, todos nos pusimos a festejar, pero el festejo no duró mucho...

Solamente a unas muy pocas horas de llegar a tierra en Japón, nos encontramos con otra formación muy grande de neurois, todos los marineros se colocaron en sus puestos, esperando mis ordenes para atacar. Yo por instinto inicié con el fuego anti-aéreo, abrumadoras ráfagas impactaban sobre los neurois, pero lastimosamente no tuvo ningún efecto esta vez el disparar hacia ellos. Uno de los neurois, dío un disparo certero al Graf Zeppelin, esa cantidad de poder que solo produjo ese simple disparo logró dañar el motor y el timón del Zeppelin, lo dejó varado, no podían hacer nada para huír.

Aterrado, intenté ponerme en contacto con alguien mediante la radio, estaba prácticamente en posición fetal, aterrado, sosteniendo un simple radio, pensando que sería mi salvación. "¡Aguanten, ya vamos en camino!", es lo que logré escuchar, entre todo el alboroto de la nave, me levanté y miré hacia el horizonte con mis binoculares. ¡Llegaron, llegaron las Witches!, grité emocionado, había llegado finalmente la ayuda, toda la tripulación seguía aterrada por los daños al Zeppelin, impuse mano dura hacia todos, les dije que se pusieran a trabajar con el fuego anti-aéreo, que faltaba poco para la ayuda.

El 501 de Ala de Combate Mixto, las "Strike Witches" habían llegado para nuestra salvación, al mando de la Comandante Minna junto a las demás, empezaron a derrotar rápidamente a los temidos neurois que habían puesto de rodillas a la flota alemana, yo lo único que pude hacer es mirar desde el puente de mando del Prinz como las Witches eliminaban a los neurois... Todos los neurois estaban derrotados, las Witches aterrizaron en la cubierta del Eugen, me sequé las lágrimas que tenía y rápidamente bajé a verlas, sosteniendo una gran sonrisa en mi cara corrí hacia Minna, dándole un gran abrazo, ella también me abrazó a mi.

Las witches mirando de fondo la escena, estaban tirando chistes sobre mi y Minna, diciendo que parecíamos marido y mujer, luego de escuchar eso nos separamos, me puse rojo, un poco avergonzado y nervioso, Minna miró a las witches, diciéndoles que no dijeran cosas que estuvieran de más, Minna suspiró, me dijo que la habían mandado a vigilar a la flota alemana que se encontraría a los alrededores de las rutas de suministro Japonesas, sabían que nos dirigíamos a una misión peligrosa, y que tal vez necesitaríamos apoyo, así mismo me lo explicó ella con sus palabras. Sorprendido, me eché a reír y le dí una palmada al hombro de Minna. ¡Si que lo predicen todo, no por nada son brujas!, dije entre mis carcajadas, luego de eso una flota de asistencia de la armada japonesa llegó a asistir al Graf Zeppelin, sumamente dañado, las Witches despegaron junto a nosotros y la flota japonesa que remolcaba al dañado y suertudo Zeppelin hacia las costas de Japón.

Llegamos a tierra, toda la flota arribó a Japón, recibidos por las Witches que nos salvaron la vida anteriormente en altamar, estaba agradecido con ellas, hicieron un acto de valentía rescatando a nuestra malograda flota de una muerte inminente...

Continuará...

Graf Hammerman


Luego de que nuestra fuerte, pero malograda flota llegara a las costas de Japón, recibimos un cordial saludo de todos los oficiales de la marina imperial japonesa, los cuales estaban asombrados dado a la resistencia que tuvo nuestra flota contra un ataque directo de los neurois, yo solo me quedé callado, expresando que fue gracias a nuestra habilidad y capacidad superior por la cual salimos vivos de esa situación, pero la verdad me la guardé para mi y la tripulación, que era que realmente estábamos atemorizados por lo ocurrido al Graf Zeppelin y otros dos Destructores que resultaron gravemente dañados durante tal feroz batalla en los mares del pacifico.

Eran alrededor de las seis de la tarde, la tripulación del Eugen junto a los demás decidieron celebrar el triunfo de salir vivos dándose un festín digno de sus acciones en los comedores del malogrado Graf Zeppelin, sin embargo, yo me fui a caminar a los alrededores de la base, pensando en como explicarle lo ocurrido a los mariscales en Alemania, y recapacitando sobre en que actué mal en ese entonces.

Paseándome los los alrededores de la base, me encontré con una dama sentada en el borde de uno de los muros costeros, a lo lejos vi su radiante cabellera negra con su ropa blanca, era la Mayor Sakamoto, decidí acercarme un poco a ella, lo más silenciosamente posible para que no notara mi presencia, pero fue inútil, al apenas acercarme ella volteó a verme, con una radiante sonrisa me saludó, me dijo que me acercara a ella, accedí y me senté, justo al lado. Ella empezó a preguntarme que hacía metido ahí, en esa abrumadora cantidad de neurois que estaban atacando nuestra flota, si sabíamos muy bien que era, en otras palabras  menos complicadas de explicar, una verdadera misión suicida, yo amablemente le respondí, que era un deber, una responsabilidad, una misión que tenía que cumplir a la armada alemana, no podía retractarme, y mucho menos defraudar a los mariscales que me estaban asignando dicha misión, que viéndolo ahora el resultado, parecía una verdadera misión suicida a la cual logramos sobrevivir por poco, si hubiera sabido eso desde el principio, me hubiera preparado mejor a mi y a mis hombres.
Sakamoto me sonrió, me palmeó diciéndome que era un almirante ejemplar, que no se rendía sin importar cuan difícil era la misión que se me fuera impuesta, eso me hizo sonrojar ligeramente, agradecido por sus palabras de apoyo, la invité a la cabina de mando del Eugen para tomar una copa de vino, amablemente accedió a mi petición, nos fuimos hacia el Eugen, mientras que toda la flota estaba celebrando en el Graf Zeppelin.

Llegamos a la cabina, saqué de un compartimento que tenía escondido una botella lujosa de vino rojo, nos sentamos y serví un poco de vino en dos copas que tomé de la cocina, brindamos por nuestra pequeña victoria contra los neurois, luego de eso bebimos a fondo el vino. Un par de minutos después, Minna dio la orden a las Witches de partir hacia su base, me despedí de Minna y Sakamoto antes de que partieran a su base, a las lejanías del este de Japón.

Luego de ellas haberse ido, varias horas después acude a la base naval donde estábamos apostados esperando a que dieran mantenimiento el ministro de relaciones exteriores de Alemania, el cual por alguna razón estaba de viajes en Japón, el mismo nos encomendó una orden de cooperación con la flota japonesa del puerto en el que estábamos apostados, cuya flota japonesa estaba debilitada dado a que todos los barcos importantes se fueron a vigilar las aguas del oeste y este del océano pacifico, yo sin más acepté la encomienda del ministro, después se despidió de mi y se fue en su coche vaya a saber a donde.

Informé al oficial japones al mando del distrito naval, el ya estaba enterado totalmente de eso , así que no fue la gran cosa que digamos, lo único que me quedaba era esperar a que el portaaviones y los demás barcos de la flota fueran reparados para zarpar a nuestra próxima misión en conjunto con la armada japonesa, no podía esperar a que ese momento llegara, y claro, también contando con que las Witches nos darían una mano en aquella tarea que apenas era posible para las flotas, tanto la alemana como la japonesa.

Mientras tanto que pasaba el tiempo, el Graf Zeppelin fue reparado con una rapidez sin precedentes, los pocos aviones que le quedaban al Zeppelin fueron puestos a punto, y se nos fueron entregados una pequeña cantidad de caza-bombarderos japoneses, con controles muy parecidos a los aviones a los que los pilotos alemanes estaban acostumbrados de usar, no podía estar más que agradecido con toda la fuerza armada japonesa por brindarnos este tipo de apoyo, que posiblemente ningún país nos hubiera dado, que bueno que somos aliados y no enemigos...

To be continued.

PD: Perdonen si la historia solo transcurre sobre el Almirante y su flota, estoy tratando de que después pasen varias cosas y a la final termine trabajando a tiempo completo con las Witches como tal, solo que le estoy dando tiempo al tiempo :P

Graf Hammerman


Parte III: Ataque trivial, ¿Un amor del pasado?

Semanas más tarde luego de haber llegado a las costas de Japón, me vi asignado de repente en otra misión encomendada por el ministro de relaciones exteriores de una especie de alianzamiento temporal con la flota imperial japonesa para derrotar la amenaza inminente de neurois, la cual amablemente accedí a acatar, era lo menos que podía hacer luego de que los japoneses nos salvaran el trasero allá en el océano, además de darles hospitalidad a los miembros de mi flota y reparaciones a nuestros barcos, todo era perfecto en ese pequeño lapso de tiempo.

Al paso de varios días, acabaron los últimos retoques del mantenimiento del Graf Zeppelin, y del buque insignia de la flota, el Prinz Eugen, preparados para zarpar en cualquier momento, listos para el combate. Luego de que los mecánicos japoneses me dijeran de que el Graf Zeppelin ya estaba listo, me dirigí a el junto a los oficiales alemanes que estaban a cargo de controlar lo que pasaba en el Zeppelin, al revisarlo rápidamente nos llevamos una mera sorpresa, dentro del barco había una pequeña estación de mantenimiento de unidades striker, yo junto a los otros oficiales que me estaban acompañando en la revisión del portaaviones nos quedamos impactados, y a la vez extrañados. ¿Por qué instalarían una estación de mantenimiento de unidades striker en el Zeppelin?, todos los presentes nos miramos a las caras, pensando que los ingenieros japoneses nos la habían jugado cuando estaban reparando el barco.

Yo, junto a los oficiales alemanes que me acompañaban, fuimos directamente hacia al oficial al mando de la base naval, el mismo nos informó que eran ordenes directas del alto mando militar proveniente de Alemania, cosa que era correcta, ese oficial me cedió un sobre, cuando lo abrí vi que era una copia de un documento de inteligencia alemana, que habían enviado a esta base naval dado a que sabían que estábamos aquí ayudando a los japoneses en la guerra contra los neurois, al abrirlo el cuerpo del documento explicaba que todo portaaviones alemán, estuviera operativo, en desarrollo, esperando o en construcción, tenía que contar de forma obligatoria con una estación de mantenimiento de unidades striker, esto para dar un apoyo de forma internacional a las Witches que están en constante lucha contra los neurois, el mismo oficial me explicaba que esta orden también fue encomendada a toda marina que tuviera portaaviones en servicio, o siendo construidos. Luego de esa explicación y de leer la carta, tanto yo como mis oficiales que me acompañaban comprendimos la situación que se presentaba.

Pasaron varios días, toda la tripulación de nuestra flota se estaba llevando muy bien con los japoneses que estaban en la base naval, todos alegres y muy contentos, mientras tanto que yo estaba junto con los oficiales de la marina japonesa examinando un movimiento que estaríamos por ejecutar para eliminar un pequeño emplazamiento de neurois que estaba fastidiando las rutas de suministros de la base aérea apostada estratégicamente en la Isla de Wake, luego de terminar de establecer todo, el oficial con mayor cargo de la marina japonesa me dijo que era primordial de que el Graf Zeppelin estuviera más que listo y preparado para la misión, dado a que el Ala de Combate Mixto 501st estaba asignado a acompañarnos en esta dura misión, luego de escuchar eso no dude ni un segundo en lo que me decía ese oficial japonés, toda mi flota estaría preparada para el ataque.

Llegó un frio miércoles, la flota combinada de japoneses y alemanes zarpo hacia las aguas de la Isla de Wake, listos y preparados para lo que probablemente era una muerte segura en esas temibles aguas infestadas por la amenaza del neuroi, pero aun así ellos de igual forma sabían que no morirían, dado a que contaban con la ayuda de las Witches. Al momento de llegar al objetivo, di la orden de que despegara desde mi barco, el Eugen, un hidroavión de reconocimiento para que triangulara el area donde se encontraban los neurois, luego de unos cortos minutos, el avión dio con la ubicación de los neurois, inmediatamente nos envio las coordenadas y volvió directamente hacia el Eugen.

Mis hombres que me acompañaban dentro del Eugen en la cabina de mando, tanto como los demás oficiales de los otros barcos de la flota, miraban al horizonte mientras nos acercábamos rápidamente hacia nuestro objetivo, nos teníamos como misión acabarlos a todos, o al menos mantenerlos a raya hasta que llegara el apoyo que tanto esperábamos. Inmediatamente di la orden que despegaran los caza-bombarderos desde nuestro portaaviones, los japoneses comenzaron inmediatamente a abrir fuego con sus ametralladoras a los neurois, logrando derribar a unos cuantos de estos entes malignos, mientras que los pilotos de la marina alemana, que estaban a bordo de los caza-bombarderos, estaban haciendo la mayor cantidad de daño, rápidamente dieron de baja a una gran cantidad de neurois, pero la suerte no nos duro mucho lamentablemente.

Con mis binoculares empecé a ver la feroz batalla, me di cuenta que al horizonte venia un neuroi de enormes proporciones, más grande que un bombardero, tenía el tamaño casi de un buque de guerra, avise a la todas las naves de la flota que concentraran el fuego hacia ese enorme neuroi que estaba por atacarnos. Para nuesto alivio, vimos que ese neuroi exploto, no eran nada más y nada menos que las Witches llegando para salvar el día y ayudarnos, rápidamente abatieron con la ayuda de los pilotos alemanes los neurois que quedaban, las mismas luego de abatir a todos los enemigos, aterrizaron en el casco del Graf Zeppelin.

Rápidamente una lancha de desembarco del Eugen y me dirigí hacia el portaaviones, luego de subir a bordo, me fui directamente a donde estaban las witches, las vi a todas, emocionadas por otro éxito en conjunto logrado por los japoneses y alemanes, empezamos una pequeña fiesta dentro, comimos y bebimos hasta más no poder, aunque las witches no comieron tanto que digamos, además de que siempre mantenían la distancia de la tripulación y los oficiales, porque claro, no podíamos tener ningún tipo de relación con ellas, eso estaba más que claro para todo el personal de la vena, los oficiales estaban hasta el tope de vino, al igual que media tripulación, me decidí yo mismo que tenía que ir a hablar con Minna para felicitarla y demás por la actuación de hoy.

La logre conseguir, estaba en la cubierta de vuelo, ella sola, mirando hacia el horizonte en pleno atardecer, me acerque a ella lentamente, pero salió un marinero a gritar como loco mi nombre. Yo algo molesto por la actitud del marinero, pierdo en ese momento un par de tornillos y saco mi pistola, doy unos disparos al piso, cerca de sus pies, el marinero simplemente se echo a correr al interior del barco, luego de darme la vuelta, veo a una Minna riéndose de la situación, bueno, de todas maneras ella era de la fuerza aérea alemana, así que debe entender como nos comportamos nosotros.

Logre acercarme a ella, nos sentamos en un pequeño banco que estaba en la cubierta, charlamos un poco sobre la misión en si, luego cambiamos de tema y empezamos a tirar varios chistes, nos divertimos uno con el otro. Paso un instante, realmente no logro comprender que rayos cambio tan de repente la situación, una Minna que estaba, por decirlo de una manera vulgar, "caliente", se me acerco y me dijo un par de cosas que me dejaron en shock, explicándome que desde pequeña ella estaba enamorada de mi, que sabía todo sobre mi, que todo este amor secreto comenzó desde el día que yo la protegí, cuando eramos pequeños...

Pero, todo lo que ella decía me sonaba a chino, no recordaba haber protegido a la comandante de cuando era niña, mientras que ella me agarraba del brazo de una forma romántica, yo estaba rascándome la quijada, en otro mundo pensando en que momento fue en el que yo protegí a la capitana, en ese momento se me vino a la mente un recuerdo más claro que el agua, en la que yo la protegí a ella de unos chicos mayores que la estaban amenazando, pero en ese momento yo era un debilucho y me terminaron golpeando a mi en el intento de protegerla a ella, pero creo que era lo importante, protegerla a ella, ¿O no?.

Luego de bajar de mi nube mental, me di cuenta de que una Minna estaba arrecostada totalmente de mi, yo lo único que pude hacer es quedarme quieto mientras que ella reposaba sobre mi brazo, luego ella me miro con unos ojos de encanto, yo la mire a ella fijamente, mientras que tragaba saliva, pensando en que esto se descontrolaría muy rápido, pero a la vez pensando en que tenia que aprovechar este momento, que con esto mi vida cambiaria para bien, no lo pensé mucho, me acerque a ella y le di un beso, sentí como el tiempo se detuvo lentamente a mi alrededor, abrazándola suavemente, luego nos separamos y mutuamente nos dijimos, "Te amo", luego de eso realmente no recuerdo que paso...

Al día siguiente, abro los ojos, lo primero que veo son a las witches y a los oficiales del portaaviones mirándonos a mi y a Minna como si fuéramos marido y mujer. ¡¡¡ ME QUIERO MORIR, AHHHHH ¡!!, fue lo primero que pensé al abrir los ojos y mirar a mi alrededor, rápidamente me levante del banco y empecé a correr como si no hubiera un mañana, los oficiales y las witches estaban persiguiéndome, Minna se despertó y miro la escena en la que estaba metido, yo por mero instinto corrí hacia la proa del portaaviones y me tire de clavado al mar, las witches, sorprendidas gritaron desde la cubierta, ¡Almirante, almirante!, yo rápidamente  nade hacia la lancha de desembarco que había usado para llegar al portaaviones, que estaba convenientemente estacionada cerca de donde di el clavado, rápidamente me subí y me fui a toda velocidad hacia el Eugen, todo sonrojado y apenado por la escena causada.

Cuando llegue al Eugen, todo empapado empecé a correr hacia mi camarote, cuando el segundo al mando me pregunta que estaba haciendo en tal estado, empapado luego de dar un clavado, simplemente le dije que si hablaba de más, lo mandaba a fusilar, el mismo tragó saliva y se aparto de mi camino, yo entré rápidamente a mi camarote sin más, cerré la puerta y me puse a respirar profundamente, intentando calmarme luego de tal embarazosa situación por la que acabo de pasar...

To be continued, ahora si le agarré el rumbo que es a la historia, la hice extensa, pero al final creo que valio la pena :p

Graf Hammerman


Parte III: Reforzando los lazos del pasado.



Estaba yo sentado en la cama de mi camarote en el Eugen, tratando de recordar exactamente en que momento del pasado fue en el que yo me relacioné con Minna, estaba literalmente quebrándome la cabeza para saber cuando fue que ella se empezó a interesar de mi, mientras pensaba me empecé a secar, no quería que me diera un resfrío después del salto que pegué de  la pista del portaaviones a la lancha para venir al Eugen, mientras me secaba alguien tocó la puerta del camarote, era uno de los operadores de la trasmisión de radio del Eugen, me saludó, me dio una carta y se fue tan rápido como vino, yo mismo abri la carta y la empecé a leer.

Era una carta de la mismísima Minna, me ajusté el cuello de la camisa y la leí lenta y detenidamente, no era nada más y nada menos que una carta de ella confesándose hacia mi. Y a juzgar por el contenido de la carta ella siente muchas, pero muuuchas cosas por mi, al terminar de leerla sentí una emoción, empecé a saltar como loco y a gritar, ya que, la chica que tanto apreciaba y con la que yo quería estar desde que entré a la armada. ¡Se me confesó!, no podía estar más feliz de eso.

Mientras que yo estaba feliz y contento en el Eugen, en el Graf Zeppelin, Minna estaba regañando a las Witches por sorprenderme y hacerme tirar por la borde del portaaviones, igualmente los oficiales encargados del portaaviones estaban regañando a todos los miembros que estaban en la pista al momento de yo tirarme hacia el mar.

Un rato largo pasó, llegaron las nuevas órdenes del distrito naval japonés, teníamos que viajar varios kilómetros al norte donde se detectó un nido de neurois, nos pusimos en marcha inmediatamente al lugar del objetivo, era hora de repartir cañonazos.



Pasadas varias horas, se posaba el atardecer al oeste de la flota alemán-japonesa, habíamos llegado al objetivo justo antes del anochecer, la misión no duraría mucho en darse por cumplida. Desde el portaaviones alemán despegaron los cazas de combate de la armada alemana, al igual que las Witches tomaron vuelo para ir hacia el nido de neuroi, una intensa pero rápida batalla se dio lugar, tan rápido como empezó la batalla, terminó justo llegando la oscuridad de la noche, los cazas aterrizaron de vuelta al igual que las Witches, toda la tripulación aplaudió, no había ninguna baja.

Los operadores radiales del Eugen informaron del éxito de la misión, estábamos regresando a las costas de Japón luego de nuestro rotundo éxito en las aguas del norte, mientras tanto yo estaba en mi oficina cerca del puente de mando, terminando de redactar el informe de la misión, cuando una decidida Minna pasa por la puerta.

Al ella pasar esa puerta yo tragué saliva, me puse de la nada muy nervioso, como si se tratara de una visita a un hospital, Minna se me acercó lentamente hacia mi, preguntándome que estaba haciendo despierto tan tarde, le respondí que estaba terminando el informe de la misión, Minna echó una carcajada y se puso detrás de mi, pasó sus manos por mis hombros y me abrazó desde la espalda, se mantuvo así por un rato, luego me dio un beso en la mejilla y salió de la oficina despidiéndose, deseándome buenas noches, no le dí mucha importancia y seguí con mi papeleo, luego me fui a mi camarote a dormir.

Graf Hammerman

Parte IV: La batalla de las Marshall.


Era un crudo amanecer para la flota combinada de los alemanes y japoneses, estabamos lidiando con las reparaciónes causadas por el ataque hacia los neurois el día de ayer, en el Zeppelin se estaban haciendo las reparaciónes pertinentes e importantes a los pocos pero potentes Fockewulf 109 del "123st Luftkampfgruppe" que quedaban en servicio bajo las ordenes del Luftmarschall Richard Himmler, ayudados por la también Luftmarschall Minna Wilcke, la flota japonesa, que consistía de principalmente desctructores de escolta especializados en tareas anti-aéreas estaban terminando de reparar y calibrar el armamento de sus navíos. Pasados unos cuantos minutos de mi llegada al camarote del Eugen en donde me encontraba apostado, recibo un telegrama enviado desde el almirantazgo mayor de la marina alemana, informandome de que habían más movimientos de neurois hacia el Sur-Este de Japón, exactamente en las Islas Marshall, rápidamente pasé la información a los demás buques de la flota, estabamos dirigiendonos a paso lento hacia las Islas Marshall, mientras terminabamos con los preparativos de nuestra principal arma, el Graff Zeppelin y los hombres de Richard, y claro, el escuadrón del 501 de Witches que nos estaban acompañando para realizar esta tarea suicida.

Estabamos a paso lento, a menos de 5mil kilometros de las Islas Marshall, en donde nos dieron el aviso de movimiento Neuroi, todos en la flota alemana estaban ansiosos, pero asustados por el resultado de la batalla, mientras que los japoneses permanecían calmados ante la situación presentada. El Almirante en jefe de la flota japonesa, apostado en el crucero pesado Maya informó de que toda la flota japonesa había terminado las reparaciónes y preparativos de sus buques, era una excelente noticia, ya que sin la potencia anti-aérea de los japoneses, fácilmente podrían hacer colador a nuestras fuerzas, y más que todo, a las Witches, tiempo después Himmler también informó de que el Zeppelin estaba listo y preparado para actuar, al todos los preparativos para atacar a los neurois estaban listos, decidimos ponernos a toda maquina y navegar rápidamente para limpiar las Islas Marshall de la amenaza de los neurois, las Witches se mantenían a los costados del Zeppelin para protegerlo durante el viaje, ya que era el único buque en donde ellas podían aterrizar para reabastecerse, además de que es una pieza clave de la marina Alemana, y que tanto Minna como yo sabíamos que si perdíamos ese buque, lo más seguro es que nos dieran corte marcial apenas tocaramos suelo alemán.

Pasadas las horas, se hizo de noche y finalmente estabamos realmente cerca de las Islas Marshall, pero como no contabamos con el equipo y la experencia necesaria para hacer un ataque nocturno, decidimos esperar hasta el día siguiente a la mañana, un poco alejados del objetivo a atacar.

Al día siguiente, las alarmas sonaron a las seis de la mañana, todo el mundo estaba preparandose para sus tareas de combate, las fuerzas del Grupo de Combate Aéreo de Himmler se pusieron al mando de Wilcke al despegar del portaaviónes, los demás buques se pusieron en posiciónes defensivas, alistando sus defensas anti-aéreas, el combate había empezado por liberar las Islas Marshall.

Antes de al menos hacer la primera baja, un neuroi que estaba oculto gracias a una nube, atacó a uno de los buques especializados de la marina imperial, dejandolos con un buque anti-aéreo menos, Minna mandó al escuadrón 123 a reagruparse hacia el grupo de buques imperiales que estaban bajo asedio de los neurois, rápidamente erradicaron a los neurois asechadores sin problemas, para mantener el combate hacia una gran grupo de neurois que salió desde nuestra retaguardia.

Esos neurois eran demasiado poderosos, los buques imperiales japoneses y alemanes hacían lo posible para cubrir a Minna junto a las demás Witches que estaban atacando a los neurois, casi todo el esucuadrón de Richard fue destruído por la gran potencia de fuego de los neurois, los destructores japoneses y las lanchas de desembarco desplegadas desde el Eugen fueron a socorrer a los pilotos, Minna y las demás se habían quedado sin el soporte del escuadrón del Zeppelin, Himmler al ver esto desplazó al Graf Zeppelin hacia la retaguardia, para solo ofrecer fuego anti-aéreo.

Cayó el el medio-día sobre la flota combinada, todos los buques exceptuando al Graf que se había quedado en la retaguardia habían sido seriamente malogrados, no estabamos preparado para lo que se nos venía encima...

De repente vemos que algo pequeño cae del cielo, pues resulta ser que una de las witches, exactamente hablando es de Yoshika, había sido gravemente malograda por un neuroi que la atacó por un punto ciego, cayendo en picado hacia el profundo y vasto mar del pácifico, rápidamente ordené una posición defensiva de diamante justamente en las cercanías del punto en donde se había desplomado, se enviaron aviones de reconocimiento desde el Eugen y dos cruceros de los japoneses para buscar a la herida Yoshika que yacía en algún lugar del mar, mientras que las Witches nos cubrían para poder encontrarla.

Estabamos siendo bastamente superados por los neurois, al parecer no había esperanza para nosotros, estabamos acabados, habíamos perdido esta guerra contra ellos, los hidroplanos estaban buscando a Yoshika, las Witches siendo superadas, los buques malogrados haciendo todo lo que podían con su artillería para cubrir a las witches, casi todo sin efecto, Gertrud y Lynette tuvieron que volver al Zeppelin porque estaban seriamente malogradas, sin maná y para completar sin municiones, yo estaba al borde de la desperación, me comunique con los telegramistas, les dije que mandararan un mensaje de emergencia por medio de canal abierto, que estabamos en peligro de ser hundidos, rescatenos...

Pendiendo de un hilo, uno de los supervisores del equpo de mensajería rápidamente vino a verme, al parecer alguien nos había respondido a la solicitud de ayuda, me quedé impactado pero a la vez pensativo, "¿Quien rayos nos podría sacar de este apuro en el que nos hemos metido?", momentos después de haber dicho eso, radares del Graf Zeppelin dieron con un avión no-identificado de escala pequeña, era un Splitfire de reconocimiento con distintivos de la armada americana, ¿los americanos eran los que habían recibido nuestra llamada?, el Splitfire aterrizó en la cubierta del Zeppelin, el preocupado Richard bajó de su oficina directamente a ver a los tripulantes de ese Splitfire, les dijeron que la Septima Flota estaba en camino, que recibieron el mensaje y los mandaron a ellos a examinar la situación, la cual se dieron cuenta apenas llegaron que no era muy favorable.

Se ordenó a las Wiches regresar al Graf Zeppelin, junto a un grupo muy reducido de los Fw 109 que quedaron de la sanguinaria batalla sobre las Islas Marshall, empezamos a escapar en dirección hacia donde estaba ubicada la septima flota, de repente varios minutos después de habernos empezado a desplazar, el cielo se llena con múltiples escuadrónes de los modernos F6F-5, que superaban en velocidad, blindaje y armamento a los pocos Fockewulf restantes de nuestra armada, entablaron rápidamente el combate hacia la basta formación de neurois, destruyendo rápidamente una gran cantidad sin ellos haber tenido una sola baja de esos aviónes.

Al horizonte se ven los buques de la aclamada Séptima Flota, varios buques de la clase Fletcher, acompañados de dos acorazados de la clase South Dakota y dos de la potente clase Iowa, en el centro de esa formación estaban los peces gordos, los portaaviones Yorktown y el aclamado Enterprise, los cuales desde sus cubiertas estaban despegando sus cazas F6F preparados para todo, abatiendo a cualquier neuroi que se les enfrentara.

El fuego anti-aéreo combinado de la dañada flota combinada de los japoneses y alemanes, con la llegada de los americanos y sus aviónes, lograron erradicar a todos los neurois de las Islas Marshall, todos estaban celebrando a montones por la salvación y el éxito de la operación. La Séptima Flota empezó a acercarse hacia nuesta formación, todos los F6F estaban regresando a sus respectivos portaaviónes después de terminado el feroz combate, luego de unos momentos una avioneta escoltada por un pequeño grupo F6F's negros despegaron desde el Enterprise, dirigiendose hacia el Graf Zeppelin, aterrizando, de la avioneta desendió de ella el Almirante en Jefe de la Séptima Flota, Douglas MacArthur, saludando a Himmler y a las Witches que estaban en la cubierta del Zeppelin, luego de una pequeña charla que MacArthur tuvo con Richard, el mismo se despidió y se marchó junto a su grupo de F6F's hacia el Enterprise, la Séptima Flota se dío media vuelta y se retiró hacia el este, para volver a las costas de California.

Después de que la Séptima Flota se perdió en el este del mar pacífico, uno de los hidroplanos reportó que consiguieron a Yoshika, la tenian a salvo y estaban dirigiendose al barco para llevarla a la enfermería.

Tuvimos una larga batalla contra los neurois, la Séptima Flota americana nos ayudó en la feroz batalla que ni las Witches pudieron salir victoriosas incluso contando con el apoyo del Grupo de Combate Aéreo del Almirante Himmler, uno de los mejores de la armada alemana, era hora de encaminarnos hacia los puertos de Japón, para reparar los buques y prepararnos para nuestra próxima misión.

PD: Les dije que lo continuaría, pasa que se me olvidó :p

Graf Hammerman


Parte V: Amoríos y extravíos en el mar...
Luego de que la dañada flota combinada de los alemanes y japoneses llegaran a las costas de japón, inmediatamente comenzaron las reparaciónes de todos los navíos dañados, las Witches despegaron desde el Graf Zeppelin para irse hacia su base ubicada al este del puerto, mientras que zurcaban los ciellos, Minna me lanzó discretamente un beso desde el aire, obviamente pude notarlo, la saludé mientras se alejaba rápidamente del puerto.

Me citaron para el día siguiente para la embajada alemana apostada en japón para el informe de la misión de las Islas Marshall, apenas al llegar al sitio de la embajada, los ministros de defensa tanto el japones como el alemán directamente me preguntaron, "¿Cómo salieron vivos de ahí?", ambos se dieron cuenta de que los navíos que estaban en el puerto estaban en pésimas condiciones, y más que todo por la evidente falta de aviónes en el Zeppelin, ya que todos fueron siniestrados en el ataque hacia los neurois, hablé ante ellos y les dije que la Séptima Flota nos había ayudado, ellos se quedaron sorprendidos con lo que había dicho, "¿La Séptima Flota dices, la que es llevada por MacArthur?", esa misma, les respondí yo, después me empezaron a explicar, Douglas MacArthur es el Comandante Supremo de las Fuerzas del Pácifico, elegido por los ministros que componen el llamado "Circulo Oval de la Defensa Europea", al parecer MacArthur estaba haciendo ejercicios de entrenamiento con la Séptima en los alrededores de las Islas Marshall, cuando ellos recibieron nuestro llamado de emergencia.

Ambos ministros con los que me encontraba se quedaron boquiabiertos, nunca desde que se colocó al General MacArthur como Comandante Supremo había dado contacto directo con oficiales de la flota japonesa y alemana, podría decirse que fue una situación fuera de lo normal, luego de terminar de charlar, me transladaron hacia la base naval de Kure, un par de kilometros cerca de la base del 501 de las Witches, me asignaron el mando de un pequeño escuadrón de Lanchas Torpederas clase Elco, donadas por la Armada Estadounidense, mientras que me encontraba acostado en una tumbona tomando sol en la base naval, siento que alguien me toma por detrás, pasando sus manos por mi cuello, me dío un susto de tal magnitud que pegué un brinco de la tumbona y desenfundé mi arma para apuntar a aquella persona que estaba detrás mio, la cual era nada más y nada menos que Minna, sentí un alivio inmediato, ella me saludó y se rió de mi por tal manera de asustarme, enfundé mi arma y nos sentamos a hablar.

Ella me decía que los neurois últimamente han reducido drásticamente sus apariciónes en los mares del pacífico, que supuestamente por informaciónes de inteligencia americana ahora había presencia neuroi en el mar atlantico, pero dado a que esas apariciónes por ahora eran muy raras, los equipos de aviones y defensas anti-aéreas estadounidenses y brítanicas han sabido arreglarselas contra ellos, ya ella al decirme eso empezé a sospechar de que esta guerra, no acabaría pronto.

Intenté cambiar el tema, empezamos a charlar sobre cosas sin importancia, de un momento a otro las cosas pasaron de estar calmadas a estar ligeramente agitadas, se me ha caído el reloj al piso, cuando justo me estoy tratando de inclinar para tomarlo, caigo justamente encima de Minna, curiosamente dejando mi pierna izquierda entre sus partes nobles, y mis manos justamente cerca de ella, me quedé congelado, como piedra, nunca antes había estado en una situación así de peliaguda y de tono elevado, una decidida Minna se acerca a mi y me da un beso en la boca, sigo paralizado y sorprendido por el momento, simplemente me dejo llevar por la situación, la cual era muy buena después de todo.

Cuando nos separamos después de besarnos quedamos así como, "Esto tiene que continuar, ¿Ahora que?, yo ya sabía que podía pasar a continuación, desperté del ligero trance mental en el que me encontraba y salí corriendo hacia mi lancha torpedera que estaba convenientemente cerca, la encendí y salí disparado rápidamente de ese lugar, Minna se levantó rápidamente, sorprendida y al instante dibujando una sonrisa en su cara, todo parecía ser fríamente planeado por ella.

Me alejé con la lancha un poco de la base naval, un par de kilometros, cuando siento que algo anda mal, y así era, mi lancha se había quedado varada sin combustible en el medio del mar, y aparte que no tenía radio ya que la desmontaron para repararla, no podía estar en más desfavorable situación, me senté y me mantuve calmo, pensando en que hacer para que alguien pudiera rescatarme y llevarme hacia la base naval nuevamente.

Llegó la noche, me estaba muriendo de un frío gracias a las corrientes del mar, me coloqué una frasada que por algúna razón estaba convenientemente coloada en mi lancha, y me acosté a dormir. Mientras tanto en la base naval, todos estaban extrañados del porque yo no había aparecido para la cena, entre todos ellos una Minna que estaba en mi oficina esperando a que volviera, la consumia la desesperación y la agonía, ella ya pensaba lo peor.

Mientras tanto yo estaba temblando del frío que hacía, la pequeña frasada que conseguí no hacía realmente ningún efecto en calentarme en esta oscura y fría noche del mar, estaba abajo de uno de los asientos de la lancha, una parte en la que no daba tanto el frío. Las aguas empezaron a agitarse, la lancha se movía de un lado a otro, estaba siendo arrastrado por la corriente marina, cosa que no era muy buena porque si ya de por si estaba varado en quien sabe donde, si la corriente me arrastra hacia otro lugar podría ser peor, mientras tanto yo simplemente esperé a que alguien pudiera verme y sacarme del inicio de este infierno en el que me metí accidentalmente...

Continuará....